Dentro de los estudios recientes, se encuentra el uso de videojuego
como herramienta didáctica y como plataforma para las relaciones sociales (Mesa & Burgos, 2010).
Pues en los últimos años, el número de trabajos sobre efectos de los videojuegos en niños y adolescentes se ha incrementado notablemente. En esa línea
se encuentra el trabajo de Simons et al., (2015) quienes sugieren que el tiempo
empleado por los adolescentes para jugar videojuegos reemplaza el tiempo libre que normalmente emplean otros adolescentes en actividades físicas; lo
que incrementa en el usuario de videojuego una vida sedentaria asociada, con
un aumento en la ingesta de meriendas y tendencia a la obesidad.
Aunque, el juego también le permite la adquisición de ciertas habilidades y conocimientos de manera espontánea.
En consecuencia, el videojuego tiene aspectos positivos relacionados con el aprendizaje de nuevas lenguas y estrategias de pensamiento.
Pero, el usoexesivo de estos pueden repercutir en el rendimiento escolar
cuando, por jugar, se descuida la realización de tareas escolares, se sacrifican horas de sueño o se exponen a demasiadas horas ante la pantalla sin respetar los períodos de descanso necesarios.
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